jueves, 19 de diciembre de 2013

Nairo Quintana y "El Fantasma Cúnego"

(Por Carlos A. Duarte)


Damiano Cunego, 22 años
Campeón Giro de Italia 2004




Ayer surgieron unos cortos e interesantes comentarios en la cuenta de twitter de este blog, referente a dos ciclistas que en sus inicios “pintaban” para ser estrellas del ciclismo mundial, como sucede ahora con Nairo Quintana, pero que con el paso del tiempo han terminado siendo fuegos pirotécnicos en una noche oscura que los está dejando atrás.

Damiano Cunego y Andy Schleck, con 23 y 22 años, hicieron sonar fuerte la trompeta en el Giro de Italia, casi que en su primer gran vuelta. Por su juventud y la calidad de sus primeras prestaciones auguraban carreras promisorias, las que en verdad no se han dado. Cunego desde que ganó el Giro de 2004 no ha sido podio en otra gran vuelta, y sus tres Giros de Lombardía palidecen ante el hombre que ganó el último Ranking UCI.


Andy Schleck, podio en su primer Tour
Por su parte, el luxemburgués ha sido dos veces segundo en el Tour y ante el positivo por Clembuterol de Alberto Contador –su verdugo–, se le reconoce como el ganador de la edición 2010, aunque está lejos de haber tocado la gloria reservada para un gran campeón, por más de aquella gran etapa con final en Galibier en 2011, la mejor que he visto en mi vida.

La dimensión de Nairo pudiera superar a la que en su tiempo despertaron estos ciclistas. Y ni qué hablar al compararle con Herrera y Parra, los grandes de Colombia, pues le bastó un año para hacer en el Tour lo que a ellos les demandó cinco: ganar una etapa, ser campeón de la montaña y pisar su podio.

Sin embargo, hay algo que pocos colombianos nos hemos dado cuenta. Ninguno de los nuestros ha tenido progresión contundente en el ciclismo. Sí, consiguieron valiosos logros y algunos de ellos pudieron mantenerlos pero no pudieron superarlos y ser estrellas al nivel de los europeos.

Herrera era el mejor escalador de su época: 8 etapas en las tres grandes entre 1984 y 1992, ganó una Vuelta a España y dos Dauphiné Libéré. 1987 fue su mejor año, pero sólo lanzó en toda su vida un ataque más o menos decidido para asaltar la general. Nunca tuvo realmente a su alcance el Tour de Francia, que es en donde se entrega la credencial de ciclista épico.

Fabio Parra fue más completo –casi siempre Top Ten en las carreras que terminó– tuvo sus picos de forma en 1988 y 1989, pero quedar a 10 minutos del ganador del Tour de Francia no es del otro mundo. Y más perdió Robert Millar en 1985 ante Pedro Delgado que Parra en 1989 en la Vuelta.

Santiago Botero es quien más se acerca a satisfacer una progresión cualitativa de relevancia. De 2000 a 2002 consiguió ser campeón de la montaña en el Tour, liderar algunos días la Vuelta a España y ganar la bobadita de dos medallas en mundiales CRI, aplicándole la única derrota en una contrareloj larga a Lance Armstrong en el Tour.

Álvaro Mejía y Oliverio Rincón fueron inferiores respecto a Herrera y Parra. Muchas veces Raúl Mesa ha mencionado que el “Cometa” Mejía ha sido el ciclista que más lo ha decepcionado como director deportivo. Los podios de Pacho Rodríguez y Óscar de Jesús Vargas en la Vuelta a España en 1985 y 1989 se muestran como episódicos, después que fueron obtenidos. Y Soler a pesar de su mala suerte, no tuvo tras su mágico 2007 mucho que mostrar.  Mala suerte, enfermedades y otras cosas se han atravesado en el camino de escarabajos para no tener una seguidilla de constantes e importantes triunfos.

No me tomen como un insolente que desvalora a sus héroes. Los presento en su completa dimensión, sin beneficio de inventario y entendiendo sus derrotas. Lo mismo podría decirse hoy con corredores como Peter Velits, Thomas de Gendt y Juan José Cobo.

Una lectura como la que presento es necesaria para comprender la escala de los escarabajos frente a los históricos del ciclismo mundial. No por cualquier cosa belgas, franceses e italianos seguirán vibrando dentro de 50 años (como hacemos nosotros hoy día) al pensar en un Fausto Coppi, Eddy Merckx o Federico Martín Bahamontes.

Y volviendo a Nairo… lo de este año no creo que sea flor de un día. Su vida ha tenido varias primaveras, por lo que es de esperar que vengan otras. Ha crecido desde 2009 a más: ganaba la clasificación Sub-23 de las competencias donde corría, lideró la aplastante dominación del equipo colombiano en el Avenir de 2010, ganó la clasificación de la montaña en la primera competencia pro tour en que compitió en 2011, así como la primera etapa de una vuelta World Tour en 2012, estando aquel año victorioso de febrero a octubre. Valorar lo que ha hecho este año da para otra entrada al blog, pero aquí quiero destacar que fue el único corredor en el Tour 2013 que prácticamente no tuvo un mísero mal día.

No sé particularmente qué triunfos vengan para él. Poder progresar es algo que se le ha escapado a los de esta tierra, por lo que tendrá que abrir caminos extraños para nosotros. Sólo quiero advertir algo: Nairo marcará una época sin duda alguna, pero no ganará cinco Tours. No tiene el biotipo para ello, ni la clase presente en un Anquetil, Hinault o Induraín (Contador ni siquiera tiene criterio). Grandes escaladores han pasado antes que Quintana y a pesar de que pusieron el mundo patas arriba han conocido su techo en cuanto a grandes vueltas se refiere: Bahamontes, Gaul, Ocaña, Fuente, Impe, Chiapucci son algunos ejemplos.

Sí puede, en cambio, ganar las tres grandes. Creo que está a su alcance y verlo realizarlo será maravilloso.