lunes, 4 de noviembre de 2013

¿Pueden la negligencia y los malos hábitos dañar la nueva ola del Ciclismo Colombiano? (Primera Parte)

(Traducción del artículo de Klaus en Cycling Inquisition)


Bélgica a principios de junio. Hace sol, pero hay una frialdad en el aire cuando miro el reloj y empiezo a caminar la Grand-Place de Bruselas. No quiero llegar tarde. Una vez allí, encuentro Le Roy d'Espagne, uno de los muchos cafés que bordean lo que es fácilmente una de las plazas más bellas del centro de Europa. En el interior me encuentro con Giovanni Jimenez, el primer ciclista colombiano en convertirse en profesional (firmó un contrato antes que Cochise y corrió casi exclusivamente en Bélgica durante toda su carrera). En 1962, Giovanni viajó a Europa con el sueño de convertirse en un profesional. Logró ese sueño en Bélgica y nunca regersó. Empezamos a hablar de su pasado, y el tiempo pasa rápido mientras me siento a escucharlo atentamente.

Hablando con Jiménez, me sorprendo por su vida, las numerosas cosas que logró y lo difícil que fueron para él esos primeros años en Europa. Trabajaba muchas horas como trabajador inmigrante en las industrias alemanas mientras aprendía nuevos idiomas y entrenaba para competir en ruta y pista. Todo esto empieza cuando tenía sólo 21 años en su Medellín natal. Al final, él firmó un contrato, se convirtió en el primer profesional colombiano, y corrió durante los años 70, participando en todas las clásicas de primavera y finalmente se unió al equipo de BIC en su mejor momento.

El uniforme de Giovanni Jiménez.
Pero esta es solo una de sus historias que en particular que me entristece sin fin. Orgulloso de su lugar de nacimiento, Jiménez fue el primer corredor de Colombia en representar al país en los campeonatos mundiales. Lamentablemente, la Federación Colombiana de ciclismo (Fedeciclismo) no le dio a Jimenez ningún apoyo para hacerlo. Él tuvo que apoyarse en sus compañeros europeos y pedir ayuda a otros carros de equipos (por lo general de Bélgica). Tal vez lo más extraño de todo fue el hecho de que no pudo convencer a la Fedeciclismo de siquiera darle una camiseta para los campeonatos del mundo. Así es como la federación se desconectó de la realidad del ciclismo de élite.  En su opinión, que un corredor colombiano compitiera en carreras como profesional era simplemente una locura y completamente innecesario. Era más de lo que sus mentes les permitía comprender. Jiménez estaba simplemente adelantado a su tiempo, y había logrado tener sueños más grandes que todo el ciclismo en Colombia... y le habían dado la espalda a él.

En voz baja, en tono apagado, Jiménez dice que todas las personas que en la federación lucharon en su  contra y que se negaron a darle cualquier apoyo ya han fallecido o son muy mayores ahora. "Lo mejor es dejar quieto el tema", me dice.


¿Qué pasa hoy?


Las cosas han cambiado bastante para el ciclismo colombiano desde los tiempos de Giovanni. Tal vez el mayor símbolo de ello es el hecho de que Colombia terminó tercero en World Tour ranking de naciones (detrás de España e Italia). Pero una vez también, las cosas habían cambiado para el ciclismo colombiano, allá en la década de 1980,  con una racha que llegó a su fin debido en gran parte a factores externos. Algunos de estos factores incluyen el fin del Pacto Cafetero y el cambio en el clima político de Colombia, así como todo lo que vino con ello (si quieres saber de qué se trata, le recomiendo   una copia de Cycling Anthology Vol 2, que incluye un artículo que escribí sobre este asunto). Esos factores estaban, por lo general, lejos del control de los pocos que estaban involucrados en el ciclismo.

Hoy, sin embargo, las cosas son diferentes. Al menos cuando se trata de las fuerzas que podrían dañar el ciclismo colombiano. En el pasado, la mayoría eran externas, Hoy, me temo que podría ser algunos propios colombianos (por negligencia o por otras razones) quienes podrían dañar el deporte, su desarrollo, y por lo tanto negar las oportunidades ilimitadas que le esperarían. Este artículo trata acerca de estas cuestiones, y es sin duda un poco largo, pero su longitud es simplemente un indicativo del tamaño de los problemas actuales.


"No hay nada que ver aquí"

Ya traté el tema del inusual desinterés de Equipos World Tour por la mayoría de corredores colombianos, pero de forma paralela hay otro tema interesante: Un video inusualmente honesto fue divulgado por una publicación ciclística de Costa Rica hace un par de meses. En él, el entrenador colombiano Gustavo Wilches, quien corrió para Postobón la mayor parte de su carrera y ahora dirige un equipo de Costa Rica, habla muy abiertamente sobre el hecho de que los corredores costarricenses saben que pueden pedir y encargar sustancias dopantes a los ciclistas colombianos y a los patinadores de velocidad. Ellos saben que los atletas colombianos operan como distribuidores de estos productos, y establece que los ciclistas costarricenses saben preguntar a los colombianos acerca de lo que están utilizando y cómo conseguirlo.

El ciclismo de Costa Rica, por cierto, es la clave en todo esto, debido a que fue allí que algunas de las primeras pruebas positivas de GW1516 salieron a la luz, incluido el del Colombiano Marlon Pérez (del equipo Colombia Claro, un equipo patrocinado por el gobierno). En el video, Wilches dice que conoce los nombres de los involucrados, y estaría encantado de dar detalles sobre el asunto. ¿Wilches ha  sido interrogado desde que ofreció dar la información necesaria? Que yo sepa, no lo ha sido, y los medios de comunicación colombianos ni siquiera se molestaron en informar o investigar esto.






Con todo esto en juego, es bastante impresionante que no haya habido más positivos en el ciclismo nacional. Algunos en Colombia sugieren que ha habido algunos, pero que todavía no han salido a la luz. Ahí está el comentario hecho por Darwin Atapuma recientemente en el blog La cadenilla, en el que  menciona que en Colombia pareciera que pocas o ninguna muestra llegaran a un laboratorio para su análisis. ¿Puede esto explicar la falta de casos positivos? No lo sé.

Este año, los únicos puntos positivos en Colombia han sido por Marlon Pérez (ocurrido  en la vuelta a Costa Rica), y Jonathan Millán (en la Vuelta a Antioquia). Excepcionalmente, Millán se acercó y reconoció su positivo a la prensa, aunque la federación no libera aún la información sobre él. ¿Por qué  sigue sin saberse sobre esto?  Como era de esperar,  hay varias teorías sobre el tema.


La Herencia del Ciclismo colombiano potencialmente devaluada


Pero incluso dejando de lado estas especulaciones, hay ejemplos concretos que muestran cómo un segmento en el ciclismo colombiano podría estar trabajando contra sí mismo (tal vez sin saberlo, mientras lucha por el instinto de conservación). Carreras como la Vuelta a Colombia y el Clásico RCN una vez fueron las joyas de la corona de las carreras en América (Asistieron los grandes equipos europeos, junto con sus estrellas Lemond, Hinault, Fignon y Millar).  Estas carreras son actualmente, en el mejor de los casos, un evento nacional (tal vez regional).  ¿La decadencia de estas carreras se debe simplemente a una cuestión de las limitaciones presupuestales y de realidad financiera?  Este puede muy bien ser el caso, pero aún existen otros aspectos a considerar. Son carreras en las que refugiados de la Operación Puerto  como Oscar Sevilla (que ahora corre en un equipo colombiano) son permanentes favoritos. Sevilla ganó la Vuelta a Colombia este año a los 37 años de edad, después de su suspensión de seis meses por uel positivo por un agente enmascardor durante la Vuelta a Colombia 2010 (cuando estuvo a punto de ganar la carrera) . También ganó el Clásico RCN el año pasado.



Bernard Hinault en el Clásico RCN, por las calles de Bogotá


Colombia parece tener algo atractivo para los implicados en la Operación Puerto, no sólo Sevilla. Es casi como si los colombianos se sintieran halagados de que alguien que compitió a un alto nivel en Europa corriera en nuestro país. ¿Por qué razón? No lo sé. Pero es un patrón que se repite con otros implicados en la Operación Puerto.

Solo el equipo Orgullo Paisa tenía a Santiago Botero, Oscar Sevilla y José Enrique Gutiérrez en su lista  de corredores mientras que su director fue José Ignacio Labarta, todos implicados en la Operación  Puerto. Es como si hubieran tomado el modelo Rock Racing y hubieran corrido con él (así que para ser justos, no son sólo los equipos colombianos que han tomado este camino). ¿Es este el tipo de ambiente que fomentan y emplean los entrenadores, directores y empleados que trabajan duro para hacer lo mejor para sus corredores? ¿Van a desilusionarse por lo que ven a su alrededor?


Bienvenidos con los brazos abiertos


Pero hay acontecimientos incluso más inusuales. El doctor Alberto Beltrán Niño, que había trabajado con equipos colombianos, fue arrestado el año pasado en Madrid cuando iba rumbo a Colombia con cantidades masivas de AICAR y TB-500, las nuevas sustancias dopantes en el ciclismo. (la policía española no dio cantidades exactas, pero dijo que el número era "alarmante").

¿Hubo alguna investigación oficial en Colombia con relación a Beltrán Niño o a los equipos de los que  podría haber sido proveedor? Ninguna de la que yo haya oído hablar. Tal vez todo el mundo creía  en la versión de Beltrán cuando dijo que tenía estos fármacos con el fin de utilizarlos en caballos (ahora trabaja como veterinario de caballos de carreras en Bahrein, un país que ha tenido su parte en las controversias de dopaje ecuestres, especialmente en las carreras de resistencia).  Todo esto a pesar de que las carreras de caballos prácticamente no existen en Colombia.


Única imagen disponible de Beltrán (El Espectador)


Esa defensa también es inusual porque fue interceptado en Madrid gracias al corredor David García, del  Xacobeo - Galicia, que declaró a la policía que Beltrán había sido su proveedor en el año 2009 y dio la información que condujo a su detención. El hecho de que él se dirigiera a Colombia en un momento crucial de la temporada ciclista sólo hizo que todo se viera peor. Especialmente si se tiene en cuenta que en el pasado había trabajado como médico oficial de equipos colombianos como Orbitel (hoy EPM- Une ), Selle Italia (que en ese entonces tenía varios colombianos en su nómina) y el equipo nacional de 1995 en el campeonato mundial.  Todos son hechos conocidos y documentados.

Beltrán también fue parte de la Comisión Médica Olímpico de Colombia en la década de 1990 y fue detenido por primera vez por tener productos dopantes en 2001 durante la Coppi e Bartali. En esa ocasión fue por hormona de crecimiento humano y esteroides anabólicos que se encontraron en su automóvil del equipo en Turín, Italia. A pesar de que estaba en medio de la carrera, trabajando como médico de Selle Italia (Androni Giocattoli hoy), afirmó que las drogas eran para pacientes colombianos,  pero no ciclistas. A partir de ahí, Beltrán se movió entre equipos españoles, incluyendo Liberty Seguros, donde tres corredores dieron positivo por CERA en la Vuelta a Portugal 2009, y uno de ellos ( Nuno Rieiro ) nombró a Beltrán como su proveedor.



Vicente Belda

Durante ese mismo año, Vicente Belda (Otro refugiado de la operación puerto, también juzgado con  Eufemiano Fuentes y Manolo Saiz a principios de este año) fue recibido con los brazos abiertos en Colombia y se encargó del desarrollo del equipo Boyacá Es Para Vivirla. Vale la pena mencionar que el corredor de Kelme Jesús Manzano declaró bajo juramento que Belda coordinó el programa de dopaje del equipo y que estaba muy al tanto de la inyección que tomó en el Tour 2003 y que casi lo lleva a la muerte. Sobre ese día dijo: "Yo había tomado Oxyglobina por vía intravenosa, una hemoglobina para perros (lo que aumenta los niveles de oxígeno en la sangre).  Belda y Labarta sabían, por supuesto"

Y he aquí que este hombre,  en fecha tan reciente como el año pasado, fue recibido como director de un equipo en Colombia. Nadie levantó la voz, no se hicieron preguntas sobre el asunto, y para ser honesto, no me sorprendería si se le permite regresar a Colombia en algún momento a trabajar con otro equipo.


Manzano, tras su caída por un desmayo en la etapa 9 del tour 2003


Para tener en cuenta: en Colombia, a alguien como Ferney Bello (cuyas ofensas de dopaje eran tan atroces que en algún momento recibió una suspensión de por vida) todavía se le permite entrenar y dirigir un equipo sub-23. Pero la suspensión de por vida de Bello no duró por mucho tiempo: Fue levantada por la Federación Colombiana, por alguna razón desconocida. Esto, sorprendentemente, sucedió durante la misma audiencia (ante una comisión disciplinaria de la federación) en la que al hijo del presidente de la federación se le había levantado su propia sanción de dos años. Sí, leyó usted bien. El hijo del presidente de la federación en aquel momento fue sancionado por dopaje y fue suspendido por dos años, pero luego se le había levantado la prohibición y no se dio razón alguna de por qué lo hicieron. Esto llevó a la máxima entidad rectora del deporte colombiano (Coldeportes) a preguntar por qué la federación de ciclismo, que forma parte de la UCI, puede ignorar las normas establecidas por la organización mundial. No encontré ninguna respuesta a esta pregunta en los artículos e informes sobre el tema.

Así que de nuevo tengo que preguntar: ¿qué significa todo esto para los jóvenes entrenadores y directores en Colombia que quieren hacer las cosas bien, y quieren lo mejor para sus corredores y así mejor la imagen de una nación entera? ¿Este es el tipo de ambiente que los llena de energía les hace dar ganas de levantarse por la mañana para darlo todo?

Se podría decir que todo esto se basa en mi deseo de buscar en varios eventos cada vez, conectando así algunos puntos bien documentados. Pero tenga en cuenta el hecho de que un miembro del personal de al menos un equipo que ha sido invitado a la Vuelta a Colombia en el pasado se negó a asistir por estas mismas razones que acabo de discutir. Una persona del equipo me dijo muy claramente que ir a Colombia a la Vuelta es una pérdida de tiempo. En su mente, es claramente evidente que (voy a parafrasear) "que están corriendo a velocidades muy diferentes. Es muy claro que nuestros corredores hacen parte de un pasaporte biológico, y ellos no." Con eso, la herencia ciclística de Colombia recibe un nuevo golpe.

(Leer un inusual desinterés por corredores locales)
(Leer la segunda parte de la traducción)